La diferencia entre el éxito y el fracaso financiero de cualquier persona está en su actitud
Toda persona aspira tener una buena situación financiera, pero aunque las reglas del juego son iguales para todos, solo unos cuantos son capaces de lograrla. La mayoría de las personas, al cumplir los 65 años de edad, viven del gobierno o de sus familiares, e incluso, algunos deben seguir trabajando para satisfacer sus propias necesidades o ayudar económicamente a sus hijos.
No se trata de suerte ni de capitales heredados; la buena situación financiera de una persona tampoco depende de haber acumulado muchos títulos universitarios o de haber escalado múltiples posiciones en una gran empresa, ganando buen salario y obteniendo buenas retribuciones. La diferencia entre el éxito y el fracaso financiero está en la actitud. Es tu actitud la que determina tu éxito financiero.
La razón fundamental por la que solo un pequeño porcentaje de la población mundial logra su independencia financiera (entre el 5% y el 10%) es porque la mayoría de las personas no poseen la actitud necesaria para poner en orden sus finanzas, establecer metas financieras, planificar el presupuesto, e incluso proteger su patrimonio actual.
De nada sirve que sepas ganar dinero, si no sabes que hacer con él más allá de gastarlo o de guardarlo debajo del colchón para afrontar imprevistos en el hogar. Es cierto que la educación formal no ha reconocido la importancia de educar financieramente a la gente, pero un cambio de actitud que te impulse a establecer tus metas y ordenar tus finanzas personales, es el primer paso para imprimir un cambio en tu vida y alcanzar el bienestar que tanto deseas.
Ese cambio de actitud debe comenzar con reconocer la forma como percibes el dinero, los ahorros y las inversiones, pregúntate qué es el dinero para ti ¿es lo más importante en tu vida, es una necesidad, o simplemente un vehículo para alcanzar tus sueños? Una vez que tengas una respuesta a esta pregunta, valora cuáles son tus metas, tus prioridades y el riesgo que estás dispuesto a asumir y que tan importante es para ti proteger tu patrimonio.
Y llegado a este punto, con todas esas respuestas en la mano, te preguntarás ¿y ahora que hago para cambiar de actitud? ¿por donde empiezo? No te voy a sugerir que vayas a una librería a comprar libros sobre el poder de la actitud en el mundo de las finanzas; a cambio te pediré algo más fácil y sin costo: piensa en las cinco personas que tienen mayor influencia en ti, en tu forma de pensar y en tus decisiones; si nos las tienes, encuéntralas, pero tienen que ser expertas en el mundo de los negocios y de las finanzas. Ellos van a ser tu grupo de referencia. Aprende de sus experiencias, adopta sus consejos, concéntrate en sus ideas, estúdialas, visualízate en su rol de personas libres e influyentes y comienza a pensar como ellos.
Te aseguro que esa es la mejor manera de comenzar a cambiar tu actitud ante la vida, ante los negocios, ante el dinero y ante las finanzas; pero debes hacerlo ya; no tienes que esperar nada. Tu actitud debes comenzarla a cambiarla en este mismo momento, sin más dilación.
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