Cuando se trata de nuevas empresas y sobre todo en el caso de empresas emergentes, nos hemos acostumbrado a escuchar términos como éste: equity-funding.
¿Qué es equity-funding?
Obtención de fondos por financiamiento derivados de la venta de parte de la propiedad de una empresa.
Es el proceso de financiamiento a través del cual una empresa obtiene fondos al vender parte de su propiedad. Este proceso es conocido como financiamiento de capital.
En este caso, los inversores, en ocasiones extranjeros, obtienen una participación en la propiedad de la empresa a cambio de un capital y a partir de esta transacción pasan a formar parte de la empresa a y por tanto tienen voz y voto en las decisiones.
El equity-funding es una técnica comúnmente empleada por cualquier empresa sea cual sea su tamaño, desde start-ups hasta grandes corporaciones.
Gracias a este proceso, la empresa puede enfocarse para el logro de metas previstas, expansión y diversificación y, lógicamente con ese incremento de capital, la adquisición de activos y de productos.
Pueden participar en él inversores particulares o inversores institucionales, como las sociedades de Capital Riesgo.
Ventajas de un equity-funding
El equity-funding puede ser una alternativa a los préstamos bancarios tradicionales, especialmente para empresas que no tienen historial crediticio o que no califican para un préstamo. Además, el equity-funding puede proporcionar a la empresa un impulso financiero sin la presión de reembolsar un préstamo en un plazo determinado.
¿El equity-funding presenta algún riesgo?
En efecto, el equity-funding también puede presentar algunos riesgos y desventajas.
Los inversores externos tendrán una participación en la propiedad y, por lo tanto, tendrán voz y voto en las decisiones importantes de la empresa. Además, los inversores esperarán una rentabilidad por su inversión, lo que puede ejercer presión sobre la empresa para que genere beneficios en el corto plazo.
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