Cuidado con esos pequeños gastos recurrentes y habituales, porque suelen ser las grandes vías por donde se nos escapa el dinero
En muchas ocasiones nos quejamos de que el dinero no nos alcanza para cubrir los gastos mensuales. Pareciera que nunca tuviéramos el suficiente dinero, porque mientras mayor sea la cantidad que ingresamos en nuestra cuenta bancaria, con más rapidez la gastamos.
A pesar de que el tema del dinero es sensible para la mayoría de nosotros, es muy probable que no tengamos conciencia de lo que gastamos o no sepamos a ciencia cierta lo que hacemos con nuestro dinero (simplemente nos percatamos de que ya no lo tenemos), y esos pequeños gastos recurrentes y habituales son las grandes vías por donde se nos escapa.
Compras innecesarias, gastos superfluos, algunos hábitos de consumo y ciertos convencionalismos sociales, descosen nuestros bolsillos permitiendo que el dinero se nos “cuele” por esos pequeños orificios, reduciendo significativamente nuestra capacidad de ahorro.
Si sacas punta a tu lápiz y juegas un poco con los números, calcula lo que gastas en cafés, cigarrillos, suma los pagos mensuales que haces cuando invitas a tus compañeros de estudios o de trabajo; calcula todo el dinero que gastas haciendo pequeñas compras de lo que te gusta y te atrae, aunque no lo necesites. No se trata de que te prives de las cosas que te agradan, sino de que adquieras conciencia de lo que estás haciendo con tu dinero y de la necesidad que tienes de preservar cierto margen de maniobra que te permita manejar imprevistos.
Si quieres prevenir que tu dinero se fugue a través de esos pequeños orificios, trata de adquirir la suficiente disciplina para evitar gastar en restaurantes de comida rápida, reduce los consumos de café y cigarrillos; diviértete con actividades recreativas al aire libre, como parques y paseos que no requieren grandes desembolsos de dinero. Si vas al cine, piensa en lo que gastas en palomitas y refrescos (esos gastos son bastante significativos). Trata de ir al trabajo caminando o en transporte público, e intenta disminuir el uso de tu vehículo particular para evitar pagos por consumo de combustible, aparcamiento e incluso una que otra multa a la que estarías expuesto.
Y si vas al automercado, hazlo después de comer; de esa manera podrás resistir la tentación de adquirir lo que no necesitas, o de comprar demasiada cantidad (recuerda que mientras más ganes, más vas a consumir). Por supuesto, evita comprar artículos por sus bonitos empaques, así como los artículos y revistas que se encuentran en las líneas de espera de las cajas (si están ahí, es porque realmente no se necesitan)
En resumidas cuentas, comienza hoy a identificar los pequeños huecos por donde se te está escapando el dinero; quizás te sorprendas cuando veas que sin darte cuenta estás perdiendo hasta el 30% de tu salario y que esa cantidad la podrás comenzar a utilizar de forma mucho más inteligente, para cancelar algunas deudas en la medida de tus posibilidades y hacer inversiones que rentabilicen tu dinero.
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