Cuando creemos tenerlo todo controlado, se nos pasa por alto una serie de gastos que, sumados, llegan a una cantidad importante de dinero que desajusta el presupuesto mes a mes y de la que no teníamos una conciencia clara.
¿Qué son los gastos hormiga, los gastos vampiro y los gastos fantasma?
Diariamente vamos dejando dinero en diversas compras que creíamos tener asumidas y que por su poco valor no le hemos dado la importancia que tienen. Hasta hoy.
Los gastos hormiga, gastos vampiro y los gastos fantasma, son gastos muy pequeños a los que estamos acostumbrados pero que no resultan en lo más mínimo una preocupación ni un desembolso cuantioso.
Estos gastos por efímeros que parezcan se convierten en un golpe inesperado para el bolsillo
Sin embargo, por efímeros que puedan parecer, la constancia en esos gastos los convierten en un golpe inesperado para el bolsillo.
¿Qué significa un gasto hormiga?
Los gastos hormiga son gastos diarios y muy simples, que pasan desapercibidos por la costumbre y su permanencia en el tiempo. Los haces sin darte cuenta del gasto que suponen, pues son desembolsos tan pequeños que los consideras insignificantes, repitiéndolos cada día o semana.
A continuación te damos algunos ejemplos de esos gastos hormiga:
- Una botella de agua o el café a media mañana de cada día.
- Frutos secos, frutas, chicles o chuches para pasar el rato.
- La lotería o una revista de publicación periódica.
Cada uno de estos artículos tiene en promedio un precio muy bajo. Es esa la razón por la que pasan desapercibidos.
Para afinar más sobre qué es un gasto hormiga, te proponemos un ejercicio muy rápido y sencillo, hazlo ahora mientras lees este artículo.
Mentalmente recuerda cuánto cuesta ese café que te tomas en la calle en las mañanas y multiplícalo por los días al mes en que lo haces.
¿Ya lo hiciste?
Repasemos: Si a media mañana sueles tomarte un café por el que pagas 1,40€ y lo haces solo los días de trabajo, tu gastos en café de la calle de cada mañana multiplicados por los días al mes en que los compras sería de 28€. En caso de que lo compres solo los días laborables.
Si también lo tomas a media tarde, es fácil: multiplica esta cantidad.
¿Qué puedes hacer para evitar esos gastos hormiga?
- Prepara una lista de esos pequeños gastos y valora si puedes prescindir de alguno de ellos (o de todos).
- Compra al por mayor esas comidas que te hacen falta a media mañana y llévalas contigo. Otra solución puede ser acordar con tus compañeros para hacer esa compra y mantener esos alimentos, agua o café en la oficina para compartirlos.
- ¿Te ves capaz de limitar la lotería o esa revista periódica a una vez al mes? ¿O de dejar de comprarla? Solo tú sabes los beneficios de adquirir este producto y si compensa continuar con esta costumbre.
¿Qué es un gasto vampiro?
Los gastos vampiro son aquellos gastos que son ignorados hasta que notas al cabo de un tiempo una pequeña “fuga de dinero” desconocido que hace subir tus cuentas.
Incluye como gastos vampiro esas instalaciones de luz o electrodomésticos con desperfectos o también el mal funcionamiento del coche. ¿por qué? Porque su uso sin mantenimiento produce más gasto de electricidad o de gasolina, dependiendo del artículo, objeto o servicio de que se trate, sin entrar a considerar el peligro que contrae su uso bajo riesgo.
Los gastos vampiro tiran de tu presupuesto y a veces, como una fuga permanente de agua, sin notarlo, sube el coste del producto o servicio.
Para que lo puedas ver más claro, imagina una fuga de agua constante en el aseo de tu casa, crees que no tiene importancia, se trata nada más que gotas y, por otra parte, el funcionamiento es el mismo. Por esa razón, decides que puedes perfectamente dejar para más adelante una revisión o reparación. Y así transcurren los meses.
Hasta que decides revisar en detalle tu factura del agua.
¿Qué hacer para evitar los gastos vampiro?
La mejor solución para evitar esos gastos vampiro es adquirir el hábito de estar atento al mantenimiento periódico de tus servicios: agua, luz, gas y tu medio de transporte.
El mantenimiento a tiempo evitará un gasto permanente generalmente oculto como estos gastos vampiro y también te cuidará de no tener esos gastos sorpresa mucho más onerosos que acarrean inversión inesperada de dinero, de tiempo y de preocupación.
¿Qué es un gasto fantasma?
Los gastos fantasma es por mucho el gasto más evidente y el más difícil de evitar.
Se trata de las suscripciones y las membresías.
Los siguientes productos son ejemplos de los gastos fantasma:
- La suscripción a un periódico o revista, al gimnasio o cursos.
- Los seguros, esos que los intermediarios te recomiendan añadir a tu póliza.
- Y, por supuesto, las suscripciones de streaming ¿Quién se salva de este último gasto fantasma?
¿Cómo evitar los gastos hormiga, los gastos fantasma y los gastos vampiro?
A pesar de que te sientas despreocupado por este tipo de gastos, recuerda lo importante que es cuidar tu salud financiera educándote y educando a tu familia en la economía familiar o finanzas personales o finanzas familiares.
- Elabora un presupuesto. Siempre es la recomendación más común. Cuando comiences a hacerlo verás lo útil que es. De esa manera podrás saber con cuánto cuentas, en qué lo gastas y cómo redistribuir esa compras o suscripciones.
- Planifica las compras y suscripciones. ¿Realmente usarás con la frecuencia que crees esas plataformas de streaming?
- Valora si el gimnasio lo puedes combinar con algunas práctica en casa o al aire libre.
- Estudia las alternativas a tus compras, suscripciones y demás actividades a las que te hayas suscrito. Te aseguramos que habrá alguna similar a menor coste o puedes sustituir actividades como la comida en la calle por comida casera.
- Controla esas ganas de comprar, de comer o de pertenecer a comunidades de suscripción.
Las recomendaciones anteriores te valen para poner en práctica esta última.
¿Cómo comenzar?
Muy fácil: empieza con una lista.
Observa que todos estos gastos, tanto los gastos hormiga, los gastos fantasma y los gastos vampiro son gastos extras.
En esa lista, clasifica cuáles son cada uno de ellos y ponlos en cada columna.
Luego, estudia qué puedes permitirte, qué vale la pena, qué puedes sustituir y qué puedes desechar.
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