Hemos trabajado en reunir 10 ideas que pueden ayudarte a optimizar tu negocio una vez puesto en marcha, ideas producto de las experiencias compartidas. Estas ideas para mejorar tu negocio, se basan principalmente en tu actitud y sobre aquello que no debes dejar a un lado ahora que por fin ha arrancado tu negocio.

Ninguna de estas propuestas que pretenden mantener el impulso de tu negocio es difícil o compleja, más bien, se trata de mantener tus objetivos de manera constante y disciplinada.

  1. Organízate, adecúa tu tiempo a una agenda de objetivos y por qué no, crea tu mapa visual (visual thinking). ¿Sabes de qué se trata? Con un mapa visual organizarás tus objetivos a corto y a medio plazo y los medios para llegar hasta él. De esa manera no te pierdes en el camino con temas que te quitarán tiempo y productividad.
  2. Permanece informado y en constante formación. Sabes tanto como nosotros que la información va a una velocidad descontrolada y que las cosas, productos y servicios para de moda y se amoldan a otras exigencias y especificaciones. No te quedes atrás. Muévete en las redes a través de cuentas de especialistas y otros no tanto, pero siempre dentro de tu área, mantente al tanto de las novedades, indaga qué cursos necesitas para perfeccionar tus habilidades cada vez más y qué se dice en la actualidad sobre lo que vendes.
  3. Mantén tus ideas claras y firme tu compromiso. Por más pequeño -o grande- que sea, tu negocio siempre podrá crecer mucho más. Y todo depende de ti. A medida que pase el tiempo valora qué alternativas hay en tu alrededor para impulsar más tu emprendimiento.
  4. Contrata a expertos. Una de las experiencias más nefastas y hasta cierto punto inolvidables de los nuevos emprendedores es haber hecho las cosas por sí mismos. Crear una newsletter, diseñas su propia página web, llevar las redes sociales, gestionar y tramitar directamente las compras y envíos, si bien puede ser al principio una necesidad, a medida que puedas, es importante comenzar a soltar responsabilidades. Y en cuando a la web, deja que quien sepa te prepare la mejor de las webs. Recuerda que se trata de tu tarjeta de presentación y debe verse como una página profesional.
  5. Empatiza con tu cliente. ¿Quién es y qué necesita? ¿El problema que le resolviste sigue siendo el mismo en el transcurso del tiempo? ¿Tu cliente regresa y te recomienda? La atención al cliente es un factor fundamental en cualquier negocio, el abandono del cliente, dejado a un lado por el ánimo de crecer y mejorar económica y sistémicamente puede crear una distancia que podría convertirse en un abismo entre tu producto y tu cliente. Mide, comprueba cómo se siente, valora qué necesita y qué tanto tu producto o servicio le resuelve su necesidad.
  6. Trabaja en tu marketing. El marketing no es simplemente publicar regularmente en las redes sociales. Necesitas más. Cambia de vez en cuando, piensa en nuevas propuestas y campañas que manteniendo tus valores e imagen corporativo puedan llegar gasta tu cliente. Diferénciate mostrando tu propia imagen de manera diferente que logren atraer, sin perder tus valores éticos.
  7. Haz de la comunicación una herramienta para transmitir emociones y valores. Comunica con historias. Procura que tu pasión llega a tus compañeros y a tu cliente. Trata de mostrar cómo deseas que tu producto llegue hasta ellos enseñando la pasión que sientes por lo que haces. Crea una ventana por la que proveedores, clientes y potenciales clientes, sepan un poco más de ti y de tu producto.
  8. Dale a tu competencia el valor que tiene. No creas que son mejores o peores. Tu competencia es una fuente de aprendizaje permanente. Valora lo que hacen y pregúntate por qué lo hacen. ¿Sabes lo que es el emprendimiento espejo? Quizá te sea útil esa información.
  9. Incorpora en tu agenda un espacio para relajarte. Sin salud no hay resultados. A medida que la presión crece, creerás que puedes dejar para después unas vacaciones o un fin de semana. Dejarás crecer la idea de que al principio debes estar allí 24/7. Y no, la verdad es que no es así. Todo se hace con ritmo, con orden, con constancia y con organización. En la organización de tu tiempo es donde debes establecer y respetar el tiempo de descanso.
  10. Maneja la flexibilidad y la firmeza para lograr estar a flote a pesar de las circunstancias. Emprender no es nada fácil. Es una gran responsabilidad y una fuente constante de estrés. Verás obstáculos por todas partes, en los trámites burocráticos, en tus proveedores, en tus relaciones sociales, en la parte económica, en tus potenciales clientes. Tener una actitud de flexibilidad y adaptabilidad es esencial para emprender y por otro lado, debes saber conjugarla con firmeza en el cumplimiento de tus objetivos, en tu tiempo y en la gestión económica de tu patrimonio.
  11. Lo tuyo es tuyo y lo de tu negocio de tu negocio. La primera regla y la más elemental: no confundas tu patrimonio con el que has dispuesto para tu negocio. Separa y mantén ese límite en el transcurso del tiempo.

 

Imagen de unsplash.com