Blog sobre Finanzas Personales, Inversiones, Gestión del Dinero y Libertad Financiera

¿Por qué debes saber sobre finanzas personales?

Las finanzas personales ¿es una moda o es una necesidad?

Cuando hablamos de finanzas personales nos referimos a cierta estabilidad económica que incluía una economía lineal, un trabajo “para toda la vida”, tasas de inflación con crecimientos a veces imperceptible, adquisición accesible a bienes y servicios.

Aplicar la estrategia SMART  a mi negocio

Los objetivos SMART es una estrategia de marketing que define las cualidades que deben presentar los objetivos de tu empresa para escalar posiciones y obtener el éxito.

¿Qué significa el método SMART?

¿Qué es EBITDA y qué utilidad tiene?

Uno de los indicadores más importantes para conocer la salud financiera de una empresa es el beneficio neto y también, el margen EBITDA, que ofrece un resultado más concreto en cuanto a ganancias, beneficios y gastos.

¿Qué es un token y dónde se utiliza?

Un token, un  token no fungible (NFT, en sus siglas en inglés)  o un token fungible (FT), son los términos que desde hace unas décadas formaba parte de un vocabulario monopolizado. Ahora, todos estamos familiarizados con estos términos.

¿Sabes qué es un token?

La cuesta de enero ¿qué hacer para sobrevivir a ella?

La cuesta de enero es un período de tiempo al inicio de cada año en el que el presupuesto personal se ve afectado por diversas razones  y que desde el punto de vista económico, el transitar diario en este mes se vuelve difícil.

Conoce el cuadrante del flujo de dinero

La forma cómo obtienes tus ingresos principales, revela el tipo de persona que eres y la manera como piensas

Uno de los diagramas más útiles para entender quiénes somos y cómo pensamos, es el famoso cuadrante del flujo de dinero, ideado por Robert Kiyosaki para ilustrar los cuatro perfiles de las personas en función de la manera en la que principalmente obtienen sus ingresos.

Cada cuadrante tiene sus propias particularidades. Tu manera de ganar dinero dependerá del cuadrante en el que te encuentres, el cual a su vez  dependerá de tu forma de pensar, de tus intereses, de tu trayectoria educativa y de tus habilidades. El diagrama se divide en cuatro cuadrantes (E – A – D – I)

 

CF Quadrant 2

 

Las personas ubicadas en el cuadrante [E] (EMPLEADOS) son aquellas que desean seguridad en el trabajo, con buen salario y beneficios que compensen todo el tiempo que destinan a satisfacer los objetivos financieros de otras personas. En este cuadrante, da lo mismo que sean repartidores de café o directores ejecutivos; en ambos casos, el dinero que ganan es el producto de una relación contractual; eso es lo que importa. Desde un punto de vista financiero, este grupo de personas depende totalemente del salario y otras remuneraciones que le pagan sus empleadores. En resumen, las personas del cuadrante [E] tienen un empleo.

Las personas ubicadas en el cuadrante [A] (AUTO EMPLEADOS) también desean la seguridad en cuanto a sus ingresos financieros, pero a diferencia de los empleados, no lo hacen trabajando para los demás a cambio de un salario fijo, sino manteniendo la autonomía y el control sobre sí mismos en cuanto al trabajo que realizan y las compensaciones económicas que esperan adquirir en función de sus conocimientos, experiencia, horas de trabajo que dedican y perfección con la que intentan hacer las cosas. Las personas de este cuadrante se enfocan en el producto y son poco propensos a delegar. Este grupo se caracteriza por la abundante presencia de profesionales bien formados en áreas específicas (desde médicos y arquitectos hasta pintores de brocha gorda y jardineros que trabajan por cuenta propia, pasando por mecánicos, dentistas, vendedores a comisión, consultores, etc.) Además de valorar la seguridad, las personas en este cuadrante también valoran la libertad y la autonomía. En resumen, las personas del cuadrante [A] controlan y son dueñas de su propio empleo.

El tercer cuadrante [D] (DUEÑOS DE NEGOCIOS) corresponde a personas cuyo perfil es el  opuesto al de los empleados. Les gusta delegar y esperan que sean los demás quienes hagan el trabajo que les beneficiará económicamente. Las personas de este cuadrante poseen la propiedad o tienen el control sobre el sistema de negocios, se esfuerzan por aprovechar lo mejor de las personas con las que se rodean y demuestran habilidades para liderar a la gente. A diferencia de las personas del cuadrante [A] que se enfocan en el producto y cuyos beneficios dependen de su trabajo directo, las personas que se encuentran en el cuadrante [D] se enfocan en el sistema integral del negocio, por lo que no tienen necesidad de realizar trabajos directos para obtener sus ingresos; de esa manera se aseguran que el dinero siga ingresando en sus cuentas bancarias aun cuando estén de vacaciones o indispuestos físicamente para realizar alguna labor. En resumen, las personas del cuadrante [D] poseen un sistema de negocios y contratan gente para ganar dinero gracias al trabajo de ellos.

Por último, el cuarto cuadrante [I] (INVERSIONISTAS) corresponde a las personas que se enfocan en ganar dinero sin necesidad de trabajar, haciendo que el dinero trabaje para ellos. Son personas que saben y están en condiciones de asumir riesgos. Según Kiyosaki, en este cuadrante es donde el dinero se convierte en riqueza, al considerar que ésta no se mide en unidades monetarias (o cantidad de dinero) sino en el número de días que se puede vivir sin trabajar de manera directa y manteniendo (o incluso incrementando) el bienestar y la calidad de vida. En resumen, las personas que integran el cuadrante [I] no necesitan trabajar de manera directa ni contratar gente para que hagan el trabajo, puesto ganan dinero haciendo que sea el dinero el que trabaje para ellos.

Después de este rápido paseo por el cuadrante del flujo de dinero:

  • ¿En cuál de ellos has reconocido que te encuentras?
  • ¿Deseas mantenerte toda la vida en ese cuadrante?
  • ¿Has decidido traspasar las fronteras del cuadrante en el que hoy te encuentras?
  • ¿En cuál cuadrante quieres estar dentro de 3 o 5 años?
  • ¿Cuáles son los primeros pasos que vas a dar para lograrlo?

Encontrar las respuestas a estas preguntas te ayudará a tomar buenas decisiones que mejorarán tu calidad de vida y te acercarán a lograr tus metas financieras.

Conoce tu Activo Neto Financiero

Comienza a sanear tu economía conociendo cuánto dinero tienes, cuánto debes y cuánto te queda

El activo neto financiero es uno de los más útiles indicadores que ilustran la capacidad que tienes para alcanzar tus metas financieras. Ya sabes que una meta financiera puede estar expresada a corto, mediano o largo plazo; por ejemplo: adquirir una vivienda; garantizar suficientes ingresos después del retiro, etc. Básicamente, el activo neto financiero es la diferencia que resulta al restar los pasivos de los activos, es decir:

Activo Neto Financiero = Activos Financieros –  Pasivos Financieros

Vayamos por partes:

Para calcular el total de tus activos financieros, lo más importante que debes saber es que tus activos corresponden al dinero físico que posees para comprar ahora o más adelante. También puedes considerar como activos financieros, aquellas inversiones que pueden transformarse en dinero real. Los artículos de consumo, como tu ropa, el televisor, la lavadora, muebles y enseres (a menos que pienses venderlos) no debes considerarlos como activos financieros ya que no contribuyen a poner dinero en tu bolsillo.

Por la otra parte, de manera general, los pasivos financieros incluyen todas las deudas que tienes y cualquier otro compromiso de pago u obligación que contractualmente hayas adquirido y que implique entregar efectivo o despojarte de un activo financiero. Existen pasivos a corto y largo plazo, exigibles y no exigibles, pasivos contingentes; pero esto lo dejaremos para más adelante. Por ahora, lo importante es que reconozcas las diferencias fundamentales entre los activos y los pasivos financieros.

Una forma simple de entender la diferencia entre activos y pasivos, es la que ya dijimos en una oportunidad anterior y aquí la recordamos: un activo es todo aquello que te pone dinero en el bolsillo, mientras que un pasivo es todo aquello que te extrae el dinero.

Cada persona, según sus circunstancias, intereses y objetivos, interpretará de una u otra manera el valor que resulte de restar los pasivos de los activos, pero en cualquier caso, una muy buena recomendación es que calcules ahora tu activo neto financiero. Conoce cuánto dinero tienes, cuánto debes y cuánto te queda, y luego actúa tratando de eliminar las deudas de mayor importancia para que una vez saneada tu economía, comiences a construir una base financiera que te permita vivir cómodamente (sin agobios) durante al menos tres meses.

Sin darte cuenta, estarás comenzando a obtener tu libertad financiera y posiblemente te arrepientas de no haberlo hecho antes.

Lo que necesitas para ganar (y conservar) el dinero

 

Lo realmente necesario para ganar y conservar el dinero, es una educación financiera que te aporte buenos cimientos para pensar y actuar

Todo el mundo quiere ganar dinero (unos más que otros), pero si de verdad quieres ganar dinero de la mejor manera posible y por más tiempo, la peor decisión que puedes tomar será la de salir a la calle en este momento e intentar encontrar un buen empleo con la esperanza de mantenerte mucho tiempo en él, porque aun encontrándolo, nunca tendrás la certeza de obtener el dinero que realmente deseas, y peor aún, si lo obtienes, quizás no puedas conservarlo, y cada vez más necesitarás depender de otros. Recuerda que los salarios vitalicios son cosa del pasado.

Ten en cuenta que no se trata solo de ganar dinero. El hecho de que ganes mucho dinero hoy, no es garantía de que lo tendrás mañana. De lo que se trata realmente es de que conserves el dinero, y de que tus hijos y nietos también se beneficien de lo que financieramente estás haciendo hoy. Entonces, no importa cuánto dinero ganes; lo importante es cuánto dinero eres capaz de conservar, y para ello no hay fórmulas ni recetas mágicas.

Lo más importante, lo que realmente necesitas para ganar y conservar el dinero es una educación financiera que te aporte buenos cimientos para pensar y actuar desde el convencimiento de que tu independencia económica nunca la vas a lograr teniendo un buen empleo o incluso trabajando por tu cuenta, obligándote literalmente a machacarte hora tras hora para mas o menos satisfacer tus necesidades básicas y complacerte con uno que otro capricho. Ten siempre presente que mereces más que eso.

¿Crees que eres una persona preparada para ganar y conservar el dinero? A ver si es cierto; trata de responder esta pregunta de la manera más sincera que puedas: ¿Conoces realmente la diferencia entre un activo y un pasivo? Si tus conocimientos financieros son los que posee la mayoría de las personas, quizás estés adquiriendo pasivos creyendo que son activos; y lo peor es que sin darte cuenta estarás construyendo tus propios problemas financieros.

Desde un punto de vista práctico, la primera y más importante regla para ganar dinero y conservarlo es adquirir activos, porque como dice Robert Kiyosaki (autor de Padre Rico Padre Pobre) los activos son los que ponen dinero en tu bolsillo, mientras que los pasivos te lo extraen (a veces sin darte cuenta). La diferencia entre los activos y los pasivos es el activo neto financiero. Hasta que no asumas este principio básico, te encontrarás antes serias dificultades para hacer juicios y tomar las mejores decisiones sobre la forma de ganar y conservar tu dinero.

Ante todo, recuerda que tu tiempo, tus conocimientos y tus habilidades son muy valiosos como para que solamente lo aprovechen otros. Evita vender tu tiempo a cambio de dinero; utilízalo más bien para aprender a diseñar, construir y poner en marcha un sistema que sea capaz de generar dinero por sí mismo.

Cómo establecer tus metas financieras

 

Tus metas financieras deben ser el producto de tus convicciones, y siempre estarán ajustadas a tus principios, valores y prioridades

Una de las primeras dificultades al momento de ordenar las finanzas personales tiene que ver, precisamente, con el establecimiento de las metas financieras; es decir, el destino al cuál queremos llegar. No hay metas buenas ni metas malas; tampoco puedes pretender establecer tus metas financieras copiando las que se han impuesto otras personas, nada de eso; las metas financieras varían de acuerdo con tu actitud, tus necesidades, tu patrimonio y tu situación financiera actual.

En primer lugar, antes de ponerte a trabajar en el establecimiento de tus metas, ten en cuenta que toda meta debe ser cuantificable (expresada en números o en porcentajes). Si crees que tu meta es: tener suficiente dinero ahorrado para poder pagar los imprevistos del hogar y el vehículo, realmente no estás diciendo nada ¿Qué es para ti “suficiente”? ¿cómo sabes si te estás acercando a la meta que estableciste si no puedes visualizar su evolución? Deberías decir, mas bien: ahorrar el 15% de mis ingresos a partir del mes de Enero 2016. Como ves, no sólo debes concentrarte en el deseo, sino que también cuantificar lo que deseas.

Un segundo aspecto que debes tener en cuenta, es que las metas son la expresión de un equilibrio entre ambición y realismo. No es útil establecer una meta poco ambiciosa o de muy fácil cumplimiento (por ejemplo, reducir en un café  el gasto semanal, sabiendo que eso es lo que cuesta una humilde desayuno de churros con chocolate) de igual modo, tampoco es de utilidad establecer metas poco realistas o difícilmente alcanzables (por ejemplo, reducir en un 80% la factura mensual de servicios a partir del próximo mes). En el primer caso, si la meta es de muy fácil cumplimiento, no habría razón para cambiar los hábitos financieros que contribuyan a alcanzar tus objetivos a mediano y largo plazo. En el caso opuesto, si estableces metas muy duras o difícilmente realizables, te sentirás frustrado por no alcanzarlas y a la final, desestimarás la posibilidad de establecer nuevas pautas que pongan orden en tus finanzas. Quizás ya te hayas dado cuenta que las metas deben implicar algún esfuerzo adicional; dicho de otro modo, te deben obligar a mantener cierta disciplina y rigurosidad en tu actuación diaria; por eso debes evitar que sean otros quienes te impongan las metas a cumplir. Ten siempre presente que las metas financieras deben ser el producto de tu convicción y, consecuentemente, ajustadas a tus principios, valores y prioridades.

Un tercer elemento a considerar cuando vayas a establecer tus metas financieras, es que éstas no pueden ser contradictorias; todas conforman parte de un engranaje que te permitirá alcanzar el estado de bienestar que deseas. Si una meta financiera la estableces así: ahorrar el 30% del salario mensual, y otra la defines en términos de: destinar el 80 % del salario para reducir el saldo deudor de la tarjeta de crédito, ¿cuál vas a cumplir?. Obviamente las dos se contradicen y por lo menos una de ellas, es irrealizable.

Por último, formula tus metas a corto, mediano y largo plazo. No las metas a todas en el mismo saco. Para un objetivo financiero de orden mayor, como pudiera ser el caso de: asegurar la libertad financiera después del retiro, puedes establecer una meta a corto plazo, por ejemplo: Contratar un plan de pensiones antes de que finalice el 1º semestre del año 2016. También puedes establecer una meta a mediano plazo que contribuirá a lograr ese mismo objetivo: por ejemplo: Adquirir dentro de los próximos tres años, una vivienda en primera línea de playa para estinarla a alquiler; y por último: una meta a largo plazo pudiera ser:  Alcanzar la edad de jubilación sin compromisos hipotecarios y manteniendo la propiedad de las dos viviendas.

Como ves, el establecimiento de metas es un proceso dinámico que demanda constante revisión y ajuste, pero mientras más rápido y a más temprana edad comiences a establecer tus metas a largo plazo, mucho mejor; por ejemplo: ¿te imaginas que comiences a planificar hoy la forma de obtener ingresos después de tu retiro, si piensas que eso ocurrirá el próximo año? No tendría mucho sentido ¿verdad?

Diversificar la inversión: una experiencia gratificante

 

Si eres un inversionista, necesitas dominar el arte de la diversificación

Del mismo modo como en el mundo de los bienes raíces se dice que la clave de una buena compra está en la ubicación del inmueble, en el mundo de las inversiones también se considera que el sitio (o sitios) donde estén ubicadas las acciones es la clave para prevenir sustos ante los vaivenes del mercado. Si eres un inversionista, es muy saludable es que domines el arte de la diversificación, porque si combinas una cartera de inversión bien diversificada con un horizonte a tres o cinco años, estarás en capacidad de resistir la mayoría de las tormentas financieras

Como nunca podemos asegurar lo que ocurrirá en el mercado, independientemente de su condición o características actuales, la diversificación es y continuará siendo el grito de guerra para planificadores, gestores de fondos e inversionistas. Antes de que decidas invertir tu dinero, conviene que dediques tiempo en diseñar una cartera de inversión.Estos son algunos consejos relacionados con la diversificación:

  1. No concentres tu riqueza, extiéndela creando tu propio fondo de inversión en empresas que te inspiren confianza, ya sea por la solidez que demuestran o simplemente porque te sientes cómodo cuando las utilizas en tu día a día.
  2. Considera incluir fondos en el mercado de renta fija. A largo plazo, es saludable incorporar este tipo de acciones que, aunque poco rentables, te proporcionan cierta cobertura frente a la incertidumbre y la volatilidad del mercado
  3. Invierte en forma regular. No cometas el error de hacer una inversión y sentarte a esperar para conocer la evolución del precio de esas acciones. Tu “edificio” financiero debes construirlo día a día, colocando tus ladrillos constantemente.
  4. Aprende a vender. Generalmente la inversión se asocia con la compra de un determinado conjunto de acciones, esperando obtener una rentabilidad en un tiempo razonable; eso está bien, pero tu inversión no la puedes poner en modo automático. Es absolutamente necesario que te mantengas al día con tu inversión, conocer las fuerzas que operan en el mercado y las condiciones generales en un momento dado; debes saber lo que está sucediendo en aquellas empresas en las que invertiste, para que puedas identificar el momento propicio para salir de ese mercado, vendiendo todas o una parte de tus acciones.

Incluso en el peor de los tiempos, invertir debiera ser una experiencia divertida. Con cierto conocimiento, mucha disciplina y con un enfoque en la diversificación, la inversión que hagas se convertirá en un hábito muy gratificante.