Un perfil de inversión no es mejor o peor que otro; a la final todo depende del nivel de riesgo que estés dispuesto a tolerar.
Los activos o bienes intangibles son conceptos que escuchamos con frecuencia y que quizá no sabríamos explicar de qué se trata.
¿Sabías que los activos intangibles se están convirtiendo en el mayor valor de las empresas?
Seguramente, desde que eras pequeño has escuchado con insistencia que las deudas no eran buenas para tu salud financiera y que por lo tanto debías evitarlas. En parte tienen razón; no es muy inteligente que vivas eternamente endeudado con la tarjeta de crédito porque la utilizas para pagar tus gastos de consumo.
Decidiste la que puedes ser la mejor de tus decisiones. Invertir para el futuro: adquirir un inmueble. Y por supuesto rentabilizar esa adquisición.
Con frecuencia has escuchado hablar del valor monetario, expresión que ves unida a finanzas, presupuesto, economía, futuro, inflación y te has preguntado qué significa el valor monetario.
El valor monetario es la capacidad que tiene una moneda de comprar o de intercambiar bienes y servicios en un momento dado.
¿Eres de quienes postergan la realización de determinadas actividades agendadas previamente? Con la seguridad, eso sí, de que al terminar, retomarás lo que tenías previsto; al final, te dices que lo que estás haciendo es también algo que debías hacer y por eso estás convencido de que estás empleando energía en algo útil.
Aun así, a pesar de justificar esas acciones, algo te dice que no debiste hacerlo y que estás perdiendo el tiempo en algo que no era necesario.
Procrastinar no debe confundirse con pereza
El ahorro es uno de los principales términos empleados en economía y finanzas y también cuando se trata de finanzas personales. Es uno de los pilares en los que sustentarás el incremento de tu patrimonio, con el que te iniciarás en futuras inversiones y el punto de partida para lograr esa meta de seguridad en tu presupuesto personal.
Para empezar, indaguemos a qué se le llama ahorro.
Cuando hoy nos parece lejano y, a algunos inexistente, un mundo sin conexión, damos por cierto que cualquiera ha incorporado a su rutina una habilidad más, la capacidad de desempeñar tareas en el mundo tecnológico.
Saber quién es la persona más rica del mundo, fundador de SpaceX y actual dueño uno de las plataformas sociales más importantes del mundo , no es el tema que tocaremos hoy.
Hoy hablaremos de Tesla, sí, pero del hombre.
Elaborar un sencillo presupuesto familiar, es el primer paso práctico para poner orden en la economía doméstica
No es necesario contar con grandes fortunas de dinero para tener la necesidad de elaborar el presupuesto familiar. Muchas familias piensan que no es necesario porque apenas tienen una modesta fuente de ingresos y sus gastos mensuales son los típicos de cualquier familia promedio, como pagar la renta, las facturas de servicios, alguna escapada al cine, el colegio de los niños, o los gastos del vehículo. Independientemente de la holgura económica que tenga tu familia, necesitas elaborar el presupuesto familiar.
Del mismo modo que ocurre en una empresa, mientras no manejemos adecuadamente la economía doméstica, estaremos incurriendo en graves errores con nefastas consecuencias para nuestros bolsillos (y también para nuestra salud), como las deudas que nos cuesta muchísimo pagar, y repetiremos una y otra vez la tristemente célebre frase: “no llego a fin de mes”.
Para evitar esos momentos embarazosos, debes poner orden en la economía doméstica y el primer paso práctico para lograrlo es elaborar un sencillo presupuesto familiar. El presupuesto te permitirá llevar las cuentas al día, y te ayudará a no derrochar el dinero; te permite hacer un seguimiento de tus gastos para reducirlos, priorizarlos o eliminarlos en la medida de lo posible; además, si mediante el presupuesto conoces la situación económica de tu familia al día de hoy, estarás en capacidad para hacer mejores previsiones, te invitará al ahorro y a protegerte ante imprevistos como enfermedades, desperfectos en la vivienda, averías del vehículo, etc.
Un presupuesto básico tiene dos columnas: la columna de INGRESOS y la columna de GASTOS. En la columna de ingresos escribirás las entradas de dinero que sostienen a tu familia: salarios, horas extras, ayudas económicas y, en general, cualquier otra fuente de ingreso que tu familia tenga durante el mes.
En la columna de gastos, registrarás todos los gastos mensuales clasificándolos en tres categorías: [1] gastos obligatorios (los que no puedes dejar de pagar y además son fijos); por ejemplo, la renta o hipoteca de la casa, un préstamo bancario que hayas solicitado, las cuotas de la Seguridad Social, o el pago de la comunidad. La categoría [2] corresponde a los gastos necesarios (no puedes dejar de pagarlos, pero puedes reducir el importe de lo que pagas); ejemplos típicos de esta categoría corresponden a las facturas de electricidad, agua, teléfono, gastos de alimentación, vestido y transporte. Como ves, no puedes dejar de incurrir en este tipo de gastos, pero puedes tomar acciones para reducir el importe que pagas. La tercera categoría [3] es la de gastos ocasionales o superfluos. Aquí apuntarás todos esos gastos que puedes eliminar totalmente en caso de que sea necesario, por ejemplo: los gastos de ocio y recreación (alimentación y bebidas fuera de casa, paseos de fin de semana), también los bienes de consumo no imprescindibles, como los equipos electrónicos u otros objetos similares.
Una vez que hayas registrado con sinceridad todos los ingresos y todos los gastos, totaliza ambas columnas y establece la diferencia entre ambas. Si el total de la columna de gastos es mayor que la de los ingresos, no hace falta que te diga (porque ya lo habrás notado) que estás en serios problemas económicos y deberás comenzar cuanto antes a eliminar los gastos ocasionales y a reducir el importe de los gastos necesarios (salvo que estés en condiciones de obtener mayores ingresos). Si por el contrario, la columna de ingresos es mayor que la de gastos, deberás interpretar esa diferencia como tu capacidad de ahorro; de ser así, marca el objetivo de ahorrar por lo menos el 10% de tus ingresos mensuales y comprométete a lograrlo.
Recuerda que el objetivo del presupuesto familiar es hacer que los ingresos cubran los gastos; por eso, cuando vayas a elaborar el presupuesto involucra a la familia para que todos se comprometan con el ahorro y eviten el derroche. El presupuesto te ayudará a identificar y eliminar gastos innecesarios, reducir los gastos superfluos y disminuir las facturas de los gastos necesarios. Para que tengas mayor holgura y el presupuesto sea tu mejor aliado financiero, evita hasta donde sea posible el uso de tarjetas de crédito, cuídate de contraer deudas a largo plazo o con intereses muy altos (sobre todo, los créditos al consumo) y lo más importante, nunca te olvides de la regla de oro: no gastes por encima de tus posibilidades.
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